Consejos para limpiar los útiles de limpieza
La limpieza es una actividad fundamental que se debe realizar en las casas, oficinas o cualquier espacio en el que se encuentren las personas.
Muchos de los útiles de limpieza que son utilizados para eliminar la suciedad de distintas superficies contienen más bacterias de las que tiene un urinario o un inodoro.
Así que, es de suma importancia limpiar los útiles de limpieza al menos una vez al mes para que ninguna persona vea afectada su salud, evitar que tengan malos olores y que se deterioren con facilidad.
Todo utensilio de limpieza se puede lavar sin importar su tamaño ni su forma, pero es necesario hacerlo bien.
Si no se elimina la suciedad por completo, la próxima vez que limpies quedarán partículas en cualquiera de las áreas.
Acompáñanos y descubre cuál es la mejor manera de limpiar cada uno de los útiles de limpieza para alargar su vida útil.
¿Qué encontrarás en este artículo?
¿Cómo evitar que los utensilios de limpieza se deterioren rápido?
Las rutinas de limpieza deben realizarse por lo mínimo una vez al mes para eliminar la suciedad y la presencia de bacterias.
Para este trabajo son necesarios varios útiles que tienen una forma de uso determinada, un método de lavado y de almacenamiento en el respectivo cuarto de limpieza.
A pesar de que son objetos con una vida útil determinada, puedes utilizarlos por más tiempo si los manejas de forma correcta.
Elige los útiles adecuados según a la limpieza que vas a realizar
La utilidad de los útiles de limpieza depende de su uso correcto. Si se utilizan mal o para otros trabajos, no conseguirás los mejores resultados.
Para evitar que se desgasten más rápido, debes utilizar los útiles de limpieza para la función para la que fueron creados.
Si los utilizas en otras actividades de limpieza, puedes deteriorar las superficies que estás limpiando y causar daños a los útiles por forzarlos a asear un tipo diferente de suciedad.
Separar los útiles de limpieza limpios de los sucios
En caso de que ya hayas utilizado algunos utensilios de limpieza y necesitas lavarlos, no los coloques en el mismo lugar donde están los instrumentos limpios.
Si entran en contacto con los útiles limpios, deberás lavarlos de inmediato o el resultado del aseo con ellos no será favorable.
Para que sea una tarea sencilla, coloca los útiles sucios cerca del lugar en que los lavas y los que están limpios dentro del cuarto de limpieza.
Seca los útiles al terminar de lavarlos
Muchas veces al terminar de lavar los útiles de limpieza se colocan en el cuarto de limpieza sin secar y no se utilizan de nuevo hasta que sea momento de asear, pero es un grave error.
Si se dejan mojados se permite la aparición de microorganismo y bacterias que se alimentan de pequeños pozos de agua en las superficies o de su humedad.
Para estar seguros de que estén secos, extiende útiles como las bayetas para que se sequen con ayuda del aire o coloca las fregonas en lugares donde el sol las seque.
Lavado y desinfección del material de limpieza
El lavado de los útiles de limpieza debe tener un espacio apropiado, alejado de las áreas que ya han sido limpiadas.
Para lavar los útiles que se encargaron de remover suciedad como polvo o tierra, se necesita una mezcla de agua y detergente para eliminar cualquier residuo que conserve.
Para instrumentos que fueron utilizados para limpiar aceites o grasas se debe utilizar un detergente alcalino, que remueve por completo los restos por estar compuestos de hidróxido de potasio o hidróxido de sodio.
Y para aquellos útiles que se utilicen para limpiar zonas de alto riesgo de contaminación, se desinfectan con hipoclorito de sodio.
Siete consejos para limpiar los útiles de limpieza y dejarlos como nuevos
Contar con diferentes útiles de limpieza permite realizar el aseo de todas las áreas de la casa con facilidad.
Al terminar con la limpieza es necesario lavar y desinfectar cada uno de los útiles que utilizaste, para no tener que hacerlo antes de comenzar la próxima jornada de aseo.
Si lavas los útiles con frecuencia o al finalizar el trabajo, están limpios más rápido al no tener que restregar por tener la suciedad adherida.
Sigue estos consejos para que cuides los útiles de limpieza y tu hogar quede como nuevo cada vez que lo limpies.
Fregona
Para limpiarla es ideal colocarla a remojar en un cubo con agua tibia para que elimine todas las impurezas. Al sacarla, se restriegan con un poco de detergente y se saca con agua fría.
Si tienes mascotas en casa y utilizas una fregona para limpiar sus necesidades, debes tener una para las mascotas y otra para todas las áreas de la casa.
De igual forma, cambia el agua del cubo cada vez que utilices la fregona para eliminar los residuos de detergente y no frotar la suciedad que ha se limpiado.
Cepillos
Los cepillos se pasan sobre muebles, ropa o cortinas con el objetivo de eliminar pelusas y pelos.
Al limpiarlo es ideal pasarle un cepillo pequeño entre las cerdas para retirar los pelos, el polvo y las pelusas para colocarlo a remojar.
Para el remojo de los cepillos se utiliza agua con bicarbonato de sodio, lejía o amoníaco y se retiran bien estos ingredientes del cepillo con ayuda de abundante agua fría.
No los seques con una toalla o una bayeta, ya que pueden quedar pelusas entre las cerdas. Colócalo al aire libre y asegúrate de que seque por completo para que no se pongan mohosos.
Plumero
Al limpiar útiles de limpieza como el plumero debes tener en cuenta el material con el que ha sido elaborado. Antes de limpiar cualquier plumero se debe quitar el polvo sacudiéndolo en un espacio abierto.
En el caso de los plumeros sintéticos, la mejor opción es aspirarlo hasta que no queden partículas de polvo o telarañas.
Los fabricados con plumas son ideales para lavarlos con detergente y eliminar los restos de polvo que queden por dentro.
Lava con abundante jabón hasta que no quede detergente y cuélgalo en un espacio en el que se seque al aire.
Aspiradora
Desconecta la aspiradora antes de comenzar a limpiarla. Pasa una bayeta con agua y jabón por la superficie, los accesorios, las mangueras y luego retira con una bayeta húmeda.
Cambia la bolsa de basura y repite este procedimiento según la cantidad de veces que utilices la aspiradora o cuando te indique que no tiene espacio.
Lava el filtro de aire con agua y jabón para eliminar las partículas de polvo que ha succionado las veces en que has utilizado la aspiradora.
Cambia el filtro de aire cada seis meses o un año para conseguir mejores resultados y trata de que sea un filtro de alto rendimiento o HEPA para capturar más partículas de polvo que con un filtro normal.
Escoba
Al igual que sucede al limpiar los útiles de limpieza como los plumeros, el primer paso en la limpieza de una escoba es sacudir el polvo y las impurezas que se concentren entre sus cerdas con un borde o un cepillo pequeño en algún espacio abierto.
Lava la escoba con una mezcla de agua con detergente y retira con abundante agua hasta observar que no sale espuma.
Para evitar que las cerdas de la escoba se doblen por su peso, cuélgala en un lugar al aire libre para que se seque rápido y la coloques en su lugar dentro del cuarto de limpieza.
Lavadora
Cada semana luego de terminar con el lavado de la ropa, sábanas, edredones y paños debes comenzar la limpieza externa e interna de tu lavadora.
Para limpiar el exterior utiliza una bayeta con una mezcla de agua y detergente, frota bien y retira con un paño húmedo.
En cuanto al interior, frota un paño húmedo para eliminar el polvo y las pelusas que queden luego de cada lavado.
Si consideras que tu lavadora no está lavando como debería, realiza una limpieza profunda con un ciclo corto de lavado.
Programa la lavadora para que se llene con agua tibia para colocar media taza de cloro y un poco de detergente. Deja reposar todos los productos por unos 15 minutos.
Para terminar la limpieza, drena la mezcla y limpia las paredes de la lavadora con abundante agua para eliminar cualquier impureza que se haya quedado en su lugar.
Bayetas y esponjas
Las bayetas y esponjas que se utilicen dentro del hogar deben tener un solo uso para evitar que las bacterias que retiras al limpiar la mesa terminen en la esponja con la que se lava la vajilla.
Deben ser limpiadas cada semana remojándolas en agua con amoníaco, vinagre, lejía, bicarbonato o limón.
El remojo de las bayetas y las esponjas debe tener una duración de mínimo un día para eliminar las bacterias que hayan acumulado durante su tiempo de uso.
Es ideal reemplazar las bayetas y las esponjas cada tres meses, pero eso dependerá del uso y la rutina de limpieza que les apliques.
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